Federico Ibarguren Uriburu.
Nació en Salta el 20-III-1868.Ese día lo bautizó de socorro el primo hermano de su abuela, Presbítero, a la sazón, Matías Linares Sancetenea - futuro Obispo de Salta -, bajo el padrinazgo de aguas del abuelo Antonino Ibarguren y de su segunda esposa Isabel Torán. Cuatro meses después, el 9 de agosto, en la Catedral salteña, el Canónigo Alejo I. Marquiegui, le puso óleo y crisma a la criatura, apadrinada por los abuelos maternos Juan N. Uriburu y Casiana Castro Sancetenea.
Los primeros estudios fueron cursados por Federico en su ciudad natal, en la escuela que dirigía Baldomero Quijano, para posteriormente seguir el bachillerato en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en cuya Capital el muchacho se radicó con su familia en 1882. Ingresó luego en la entonces ilustre Facultad porteña de Derecho y Ciencias Sociales, y de ella egresó en 1891 con el título de Doctor y Abogado, laureado con el premio de "medalla de oro", que correspondía al mejor alumno de su curso. Su tesis versó sobre Carácteres de la Hipoteca, siendo padrino de la misma Francisco Uriburu, tio del flamante jurista. Y cuando el 24-V-1892 tuvo lugar la solemne entrega de diplomas a los nuevos graduados, Ibarguren pronunció el discurso de despedida a nombre de sus condiscípulos: entre ellos Marcelo T. de Alvear, Manuel Augusto Montes de Oca, Leopoldo Melo, Tomás A. Le Breton, Julio Moreno, Rafael Herrera Vegas, Felipe Senillosa, Jose de Apellaniz, Zoilo Cantón, Antonio Robirosa, José A. Frias y Manuel F. Escobar. Algunos de estos jóvenes, las vísperas de la revolución del 90, habían promovido - con los hermanos Federico y Antonino Ibarguren, Francisco Barroetaveña, Angel Gallardo, Damián Torino, Emilio Gouchón, Adolfo Mujica y otros más - el famoso mitin cívico del "Jardín Florida" (1-IX-1889), en el que hablaron contra el gobierno de Juárez Celman, Delfor del Valle, Leandro Além, Vicente Fidel López, Pedro Goyena, Delfin Gallo y Torcuato de Alvear.
Desde tiempo atrás, Federico (hijo) ocupaba la Secretaría de la Municipalidad porteña, a la que había renunciado en 1889 a fin de conservar su libertad de acción política frente al oficialismo. Poco después ocupó la Secretaría del Juzgado Federal, del que era Juez su comprovinciano Virgilio Tedín. En 1896 fué Subsecretario de Hacienda del Ministro Juan José Romero; y en 1897, formó parte como Secretario de la intervención a la provincia de San Luis, presidida por Ernesto Bosch. Seguidamente resultó nombrado Secretario de la Suprema Corte, cargo que ocupó nueve años, hasta el día de su muerte.
La real vocación de Federico (hijo), sin embargo, se orientó desde sus años mozos hacia la ciencia y la docencia jurídicas. A poco de terminar su vida de estudiante universitario, le nombraron en la Facultad catedrático suplente de introducción al estudio del derecho. Luego (1896), profesor suplente de derecho civil en la cátedra del doctor Juan A. Bibiloni, de la que fué titular en 1904, distinguiéndose en ella cual ilustrado civilista. "Llegó a la cátedra como un catedrático formado - dijo de él el Académico Angel S. Pizarro - y no temo exagerar si afirmo que, en pocos años más, habría sido un maestro consumado y casi insuperable, a la vez que uno de los principales, sino el primer civilista argentino". "El doctor Federico Ibarguren, muerto prematuramente, ha dejado en la casa el recuerdo de una labor notabilísima. Su estudio de la posesión fué realmente digno de un maestro", escribió Agustín Pestalardo en su Historia de la enseñanza de las Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Buenos Aires (1916). Marchaba a la cabeza de su generación cuando murió el 2-XII-1906, a los 38 años de edad, de peritonitis. Su obra fundamental quedó trunca: preparaba un comentario del Código Civil argentino, cuyos apuntes y borradores, a su pedido, sus deudos se comprometieron a no publicar. Hablaron en su entierro, el Académico y profesor Angel S. Pizarro, representando a la Facultad de Derecho; Manuel F. Escobar, por sus compañeros de promoción; el entonces jóven Héctor Lafaille - sin duda uno de sus mejores discípulos - en nombre de los estudiantes de derecho; y Rafael Ruiz de los Llanos, con emocionado discurso, en carácter de amigo entrañable de la familia y paisano de los viejos Ibarguren en el Valle Calchaquí. Diez años después de su muerte, el Centro de Estudiantes de Derecho publicó, en un tomo de 470 páginas, las conferencias de Derecho Civil (tercer libro, derechos reales), que el malogrado profesor dictara sobre esa materia. En la primera página de dicho volumen se leen estas palabras: "El doctor Federico Ibarguren, cuyo recuerdo vive intacto en el corazón de todos sus ex discípulos, fué uno de los más eminentes profesores de Derecho Civil en la vieja casa de la calle Moreno. Como homenaje a su memoria y como prueba elocuente de la importancia y utilidad de su obra, se publica esta edición de sus apuntes de derecho civil". Tio y padrino mío de bautismo, "el Pico" - como se le decía en la intimidad - era soltero.
por Carlos F. Ibarguren Aguirre